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Sociedad condenada

Cuando te das cuenta de que para producir necesitas autorización de quien no produce nada; cuando compruebas que el dinero es para quien negocia no con bienes, sino con favores; cuando te das cuenta de que muchos son ricos por sobornos e influencias, más que por su trabajo, y que las leyes no nos protegen de ellos, sino por el contrario son ellos los que están protegidos; cuando te das cuenta de que la corrupción es recompensada y la honestidad se convierte en inútil sacrificio propio, entonces puedes afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada.”


Ayn Rand, fugitiva durante la revolución rusa.

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